sábado, 23 de agosto de 2008

Sábado en Seattle

Este fin de semana hemos repetido con la visita a Seattle, hemos visto muchas cosas pero aún así siempre vuelvo a casa con la sensación de que me ha quedado mucho por ver. Tuvimos suerte ya que hizo un día buenísimo, con un sol radiante y una temperatura más que buena, ni frío ni calor.

Decidimos ir a la costa, donde están el puerto y los embarcaderos llenos de tiendas, restaurantes, actividades y turistas claro.

Hicimos la primera parada en el Aquarium de Seattle, me gustó ya que tal y como contaba anteriormente en la entrada sobre el EMP los museos, exposiciones y demás tienen que dar la oportunidad de experimentar... tocar, oler, todo lo que sea posible. Así que por ejemplo habían un par de "estanques" con una altura de 1 metro llenos de estrellas de mar, amebas y demás biquejos marinos donde podías meter la mano y tocarlos. Los niños estaban más que contentos aunque creo que las madres no tanto ya que más de uno llevaba la camiseta algo mojada.

El resto de "estanques" de agua estaban muy bien situados para poder acercarte y disfrutarlos, por ejemplo pasabas por dejado de un arco donde nadaban las medusas (esas tan adoradas en las playas mediterráneas) y podías casi tocar un pulpo gigante del pacífico, ni más ni menos. (sí demasiado flash en la foto, pero esque una brilla con luz propia... jajaja)

He de admitir que daba bastante impresión sentarse a su ladito, sobretodo cuando abría el ojo...

También podías medirte y compararte con un tiburón, no recuerdo qué especie, lo que me quedó claro es que no le valgo ni para un bocao y es que no ser especialmente alta también tiene sus cosas buenas!

Sin ninguna duda lo mejor del aquarium fueron los "estanques" donde estaban las focas, los leones marinos y ¡las nutrias! Nos pasamos un buen rato viendo a estas últimas ya que estaban jugando al gato y al ratón, nos reímos muchísimos y nos entretuvieron tanto que hasta se nos olvidó hacer una foto.

Lo que también tengo que destacar son las vistas a la bahía que tiene, ya que cuenta con una parte exterior donde puedes disfrutar de los animales y del aire fresco a la vez.

Tras un par de horas de entretenimiento nos dimos un paseito por los embarcaderos, había muchísimas tiendas de regalos pero sin duda la más llamativa y pintoresca es la Ye olde curiosity shop, donde según cuentan tienen tantos artículos que habría que pasar una semana entera allí para verlos todos. Yo no sé si esta afirmación es de algún riojano (conocidos por su tendencia a exagerar) pero desde luego que había muchísimas cosas, desde artículos de broma, regalos, curiosidades, tonterías hasta los más conocidos y por los que son (valga la redundancia) reconocidos, momias y arte indio. Sí, no he escrito mal tienen en exposición dos momias indias, de hecho esta tienda ha surtido a numerosos museos con arte indio. A día de hoy prácticamente todas estas piezas no están a la venta y se mantienen para hacer las delicias de los más curiosos.

Como ya llevábamos una mañana muy dura, decidimos parar a repostar. La oferta de restaurantes en esta zona es muy amplia, sobretodo con marisco y pescado. Finalmente me decidí por un taco de pescado al grill realmente rico rico.

En lo que esperábamos la comida en la terraza del restaurante vimos pasar este barco carguero... El puerto de Seattle es el más importante de esta costa y tiene mucho tráfico marítimo, por ello no es de extrañar que este tipo de barcos pasen por aquí pero a nosotros nos llamó muchísimo la atención. Era grande, grande, grandísimo!

Para finalizar la tarde volvimos al Pike Place Market ya que la vez anterior había demasiada gente y no pudimos disfrutarlo. Según entras te encuentras con muchos puestos de comida, flores y artesanía pero nos habían dado el chivatazo de que lo realmente bueno está en los pisos inferiores ¡y así fue!

Me gustó porque pese a ser pisos inferiores como su propio nombre indica, todo un lateral tiene ventanas y unas impresionantes vistas a la bahía con lo que no se hace agobiante. Los suelos y las paredes son de manera y las tiendas que lo recorren... creo que no hay dos iguales. Tiendas de marroquinería, de discos de vinilo, de artesanía mejicana, de libros... una de las que más nos gustó era una tienda para coleccionistas, lejos de ser la típica tienda "friki" tenía artículos de lo más curiosos y diferentes. En ella podías encontrar posters de películas antiguas, fotos de actores y actrices de todas las épocas en blanco y negro, figuras y figuras desde personajes de Los Simpsons hasta La guerra de las galaxias, juegos de rol, comics... estuvimos un buen rato disfrutando de lo lindo.

Una vez ya fuera del mercado recorrimos las calles adyacentes y también descubrimos zonas que no habíamos visto, llenos de puestos y tiendas más que pintorescos. Decir que aquí está el primer Starbucks que se abrió, totalmente diferente a los demás pero que nos conformamos con ver desde fuera dada la interminable cola que llegaba hasta la calle.

Para finalizar el día nos dimos un lujo y Dani preparó unos solomillos de ternera de chuparse los dedos. Además y ya para rematar la jugada encontramos pan "de verdad", de ese crujiente y con miga ya que aquí son todos blanditos como el pan de molde, y vamos que si nos supo bien. Creo que en mi vida he comido un pan más malo y me ha sabido taaaan bien.



El domingo se nos estropeó por la lluvia ya que pensábamos hacer unas cuantas actividades al aire libre así que tuvimos que dejar pendiente el zoo y demás para la semana que viene. Por suerte todavía nos quedan unos cuantos fines de semana, el que viene incluye celebración de cumpleaños de Dani, así que seguiremos conociendo sitios nuevos.

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